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jueves, 11 de agosto de 2011

Apple, esa jodida manzanita.

¿Quién no sabe qué es Apple? Todos sabemos que es aquella empresa que hace esos "productos tan maravillosos, geniales y bonitos" que todo mortal los desea. Esos productos que, aunque no te dejen ni siquiera instalar aplicaciones gratuitas por competencia con sus aplicaciones nativas, son los mega-chuli-guais del planeta.
Bueno, pues, de todos es sabido que esa pedazo de empresa que se vanagloriaba de ser mejor que la tan odiada Microsoft (o Moco$oft, como dicen muchos) es igual de ruin, vanidosa, rastrera, envidiosa y avariciosa que ella.
Ya sabemos los litigios en los tribunales de Estados Unidos contra Samsung y HTC por motivos de las patentes de software. Ahora, un genial juez de Alemania no ha tenido otra idea que prohibir la venta de la Samsung Galaxy Tab 10.1 por motivos de supuesto plagio (ver noticia en aquí, en libertaddigital).
¿Qué pensarían ustedes si los herederos de Henry Ford interpusieran demandas por violación de patentes a las demás empresas de automóviles por fabricar coches? Ellos fueron los primeros, ¿no?,... digo yo que algún derecho tienen.
Algo similar hacen los ladro... perdón,... los directivos de Apple, que demandan y demandan. Algunas demandas son por patentes que no tienen sentido: "Dicen tener la patente de las pantallas multi-touch", o la patente por la que una aplicación instalada en tu smartphone dialoga con tu sistema operativo para obtener datos de contactos y redes.
Eso es como denunciar a alguien por hacer una cuenta de restar, sin fijarse en el algoritmo que utiliza. Da igual cuál sea el camino que uses,... como el resultado sea el mismo te denuncian.
Pero a ellos no los ha demandado nadie aún por plagiar la barra superior de su matraca de sistema operativo iOS 5.
Pues esta es la situación. Como decía el mismísimo Steve Jobs: "Quien no tiene tecnología no debe copiarla, sino crearla". Pues deberían aplicarse el consejo.
De todas formas, gracias Apple; muchas gracias por frenar el progreso tecnológico. 

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